Estrés y Burnout: Entendiendo los mecanismos
Durante años, me he movido dentro del laberinto de emprender, balancear la paternidad de tres hijos, y manejar incontables obligaciones y horas de trabajo con lo que creía era un mapa claro y una brújula fiable en mano. Pero, en un giro inesperado a finales de 2023, el estrés apareció como un obstáculo en mi camino, recordándome que, sin importar lo preparados que nos sintamos, siempre hay esquinas que no hemos explorado. Esta experiencia ha sido una llamada de atención, un recordatorio de que el estrés y el agotamiento pueden esconderse en las sombras de nuestras rutinas más establecidas, esperando el momento menos esperado para mostrarse.
El Crecimiento e Impacto del Burnout en las Empresas
En Bizintek, hemos vivido de cerca los desafíos asociados al burnout, experimentando cómo puede afectar no solo a la salud y bienestar de nuestro equipo, sino también al desempeño y la innovación dentro de la empresa.
En los últimos años, el burnout ha emergido como un desafío para las empresas. Este fenómeno, caracterizado por el agotamiento extremo, la disminución de la satisfacción laboral y la productividad reducida ha visto un aumento alarmante entre los trabajadores.
Las consecuencias del burnout trascienden el bienestar individual, impactando negativamente en la moral del equipo, aumentando la rotación de personal y generando enormes costes personales y problemas significativos para las empresas en términos de baja productividad y por último incrementando las bajas por enfermedad. Informes recientes indican que España, por ejemplo, ha experimentado un récord en bajas laborales vinculadas a la salud mental, reflejando una tendencia preocupante que resalta la necesidad urgente de estrategias preventivas y de apoyo en el lugar de trabajo.
Entendiendo el Estrés
En general, para progresar, aprender o mejorar, todos los sistemas (seres vivos, personas, empresas) deben estar sometidos a un estresor o hormesis. En el refranero popular muchas veces está toda la sabiduría ancestral: “Lo que no te mata, te hace más fuerte”
Esto es cierto, pero no en todos los casos. El efecto del estresor tiene un efecto positivo hasta un cierto límite en el que el efecto positivo empieza a reducirse y finalmente acaba teniendo un efecto negativo si se supera una determinada barrera. Por otro lado, si el estresor es de una intensidad muy ligera nos estaríamos moviendo en lo que llamamos nuestra “zona de confort” y en ese caso no tendríamos evolución ni aprendizaje.
También hay que destacar que el estrés no es un hecho objetivo, sino que tiene un importante efecto de interpretación. Ante un mismo estímulo las personas sentimos y percibimos diferentes emociones y por tanto generamos diferentes respuestas.
“No son las cosas que nos pasan las que nos dañan, sino nuestra opinión sobre ellas” EPICTETO
En general, pensamos que somos seres racionales que controlamos nuestras decisiones y formas de pensar. Sin embargo, la realidad como tal no existe. Cada individuo crea su realidad, su visión del mundo. En general, no vemos las cosas que ocurren como son, sino como nosotros somos y estamos en el momento que ocurren.
Estímulos y Emociones
Una misma situación o evento, como por ejemplo, una llamada de un cliente que nos transmite un problema. Esta misma situación no la vemos igual si esa llamada la recibimos después de haber cerrado un nuevo pedido con un gran cliente o si lo hacemos después de haber recibido la cancelación de un importante pedido.
En este último caso, nuestro cerebro puedes empezar a proyectar desde un hecho objetivo (una queja de un cliente) y mezclarlo con otros (cancelación de otro pedido de un cliente) y quizá otros eventos a nivel personal y familiar. Y si, además, por la forma de ser, se tiene cierta tendencia hacia la preocupación por problemas futuros, se puede desencadenar una cadena de pensamientos: ¿Qué ocurrirá? ¿Y si pierdo también este cliente? ¿Cómo resistiremos esta situación? ¿Tendremos que reducir plantilla?
Por el contrario, si nos enfocamos en el propio hecho en sí y nos abstraemos de todo lo que está alrededor podemos enfocarnos en el presente y en el hecho. Ante la misma queja del cliente, podemos recogerla e intentar solucionarla con rapidez pensando que es una oportunidad de fidelizar al cliente si le damos una respuesta rápida y de mejorar si aprendemos del error.
El mecanismo de estímulo-interpretación-emoción es fundamental para entender cómo percibimos y reaccionamos al mundo que nos rodea. Comienza con un estímulo externo o interno, que nuestra mente procesa y evalúa basándose en experiencias previas, creencias y contexto emocional actual. Esta interpretación es crucial, pues dicta la naturaleza de nuestra respuesta emocional: si consideramos el estímulo como una amenaza, podemos sentir miedo o ansiedad; si lo vemos como un logro, podríamos experimentar alegría o satisfacción. Este proceso ilustra cómo nuestra percepción de los estímulos afecta directamente nuestras emociones y, por ende, nuestras reacciones y decisiones.
Conclusión
Entender los mecanismos subyacentes del estrés es crucial para afrontar el burnout. Identificar qué estímulos y emociones detonan nuestro estrés nos permite desarrollar estrategias personalizadas para mitigarlo. En la próxima entrega, profundizaré en las técnicas que he empleado para gestionar estas reacciones, ofreciendo una guía basada en experiencias reales para navegar por este complejo escenario. Este conocimiento es la clave para construir un bienestar sostenible, tanto en el ámbito personal como profesional.